lunes, 14 de julio de 2014

Bizcochos de soletilla sin gluten

Melindros o soletillas


Hace muchos días que no hago ninguna receta nueva y esta mañana me ha venido a la cabeza la de veces y veces que mi hija me pide unos melindros, que es como se llama en catalán a los bizcochos de soletilla. Así que me he quitado la pereza de encima y más sabiendo que en poco más de diez minutos de horno tengo un rico desayuno para sorprender a mis princesas.

Este dulce se inventó a finales del siglo XV en la corte del Duque de Saboya y se crearon para celebrar la visita del entonces rey francés. Tanto gustaron que se convirtieron en las galletas típicas y oficiales de la corte.En mi casa no sé si serán oficiales o informales, pero lo que sí está claro es que las repetiré a menudo por lo fáciles de hacer y por lo que les han gustado. 

Recetas de este dulce hay en muchos blogs con pequeñas variaciones, porque no admite grandes cambios. Es sencilla pero a su vez delicada en la elaboración para conseguir una galleta con volumen. Yo me he basado en la de webos fritos, aprovechando todos los experimentos que ha hecho inicialmente hasta conseguir la receta perfecta.








Ingredientes:

3 huevos medianos
60g harina de arroz
30g almidón de maiz (maizena)
75g azúcar 
1 pizca de sal
Azúcar glass


Elaboración:

Precalentamos el horno a 180ºC
Separamos las claras de las yemas y procedemos a montar las claras junto a una pizca de sal. 
Batimos aparte las yemas y el azúcar hasta que blanquea y las agregamos a las claras, de forma delicada con espátula, hasta que la mezcla es bien homogénea.
Tamizamos las harinas y añadimos en tres veces, poco a poco, para no bajar el volumen de la masa.
Echamos la mezcla en una manga pastelera con boquilla redonda (yo he usado wilton núm. 12). 
Ponemos papel de hornear en la bandeja del horno. Vamos formando bastoncitos de unos 8cm encima del papel.
Espolvoreamos los bastoncillos con azúcar glas, ayudándonos de un colador, justo antes de meter las galletas en el horno.
Horneamos aproximadamente 12 minutos, hasta conseguir una textura blandita pero dorada.
Dejamos reposar encima de rejilla.





Se guardan en caja metálica, aunque a nosotras no nos ha hecho falta, ya que han volado todas, literalmente.


Quiero hacer una aclaración después de algunos comentarios de algunas personas que habéis hecho la receta. Los melindros que salen del horno son algo finitos, si os fijáis bien, en la foto se ve que están dobles. Sólo tenéis que ir juntándolos por parejas lo más parecidas posibles al salir del horno y disfrutarlas en un buen desayuno o merienda. Gracias por todas las visitas que hacéis, esto motiva a seguir compartiendo!!