Tarta sin gluten para todos

Tarta sin gluten, ¡¡¡para todos!!!

Hoy no os traigo una receta... Voy a contaros una historia que me emociona, a ver si vosotros la veis igual que yo.

Los que me seguís sabéis que soy castellera y los que leáis esta entrada puntualmente, ahora ya lo sabéis. En una colla, todos, intentamos poner nuestro granito de arena y buscamos nuestro lugar en el grupo, para sentirnos parte de ella. 

Cuando uno conoce la celiaquía, igual que puede ser cualquier otra alergia o intolerancia alimentaria, sientes empatía por otras personas que se encuentran en una situación similar. 

Os preguntaréis porqué mezclo los castellers y las alergias e intolerancias si esto si es un blog de cocina, ¿verdad? Ahora voy a ello.

Este año celebramos los 20 años de existencia, que no son pocos... Tenemos una comisión de fiestas que se anima a organizar cenas, comidas y fiestas temáticas, porque no sólo hacemos castells, ¡claro! El mayo pasado, celebramos nuestro 20 aniversario y me propusieron si quería hacer la tarta. Yo, impulsiva como siempre, no me lo pensé, me parecía un reto muy bonito e interesante de hacer, así que me puse manos a la obra, aunque si os soy sincera, al llegar a casa me entró el miedo, era algo demasiado grande que nunca había hecho. Después reflexioné y superado ese momento busqué la forma de aportar algo más que un simple postre. 

No sabía como sería, ni como lo haría, porque una tarta para 150 personas no es lo que sueles hacer en la cocina de casa para la familia o una reunión de amigos. Lo único que tenía muy, pero que muy claro, es que tenía que ser una tarta que todos pudiésemos comer, los que tenemos limitaciones con la comida y los que no. Así que empecé a preguntar para saber a que me enfrentaba. Tuve que pensar en como dar forma a una tarta sin gluten, sin lactosa, sin frutos secos ni chocolate. Si hoy la volviese a hacer debería tener en cuenta también el azúcar.

Os voy a poner unas fotos de la tarta y después os sigo explicando.

Elaboración de 5 tartas rectangulares de nata y fresas, stracciatella, trufa, chocolate blanco y el último de nata. 

Una vez llegó el día, las transporté al local y allí las unifiqué con cobertura de nata (siempre vegetal) y la decoración hecha con crepes y los números de bizcocho de leche condensada, coloreado todo de color burdeos, el color de nuestra colla. 

Unas fotografías de cuando los peques transportaron la tarta, siguiendo la tradición.

¿Veis quienes soplan las velas, verdad?

Cuando la tarta ya estaba colocada, me pidieron que explicase cómo era y el motivo que me llevó a hacerla así. Entonces es cuando me entró el miedo escénico, jajajajaja. Me armé de valor y expliqué que todos sin exclusiones podíamos comer postre. Y me acerqué a cada una de las personas que no pueden muchas veces comer tarta, con su trocito. Dos sin gluten, dos sin lactosa, uno sin frutos secos ni chocolate... la cara de alegría de ellos fue mi mejor recompensa. Que una persona te diga: "Por fín alguien ha pensado en nosotros" me llegó al alma, gracias!!!

Después el resto fue pasando y según le apetecía pedía su ración de pastel, fue divertido ver como tenían que pensar si querían de nata, de fresas, o quizás... ¿chocolate? jejeje

Quiero agradecir a la presidenta y a la comisión de fiesta de Castellers d'Esparreguera, la confianza y propuesta para hacer la tarta. Y a todos los que estuvimos celebrándolo, vuestras muestras de cariño hacia mí. 


Las fotos son de la web de Castellers d'Esparreguera, con los nervios me olvidé de hacerlas yo.